SOBRE MÍ

¿Estás buscando unos estudios que realmente te enamoren? ¿Te sientes insatisfecho con tu trabajo actual? ¿No te sientes realizada con lo que haces laboralmente? ¿Sientes que tienes todo, pero aun así, no te sientes plena, te falta algo? ¿Sientes que no estás poniendo tus dones y habilidades al servicio de los demás? ¿Piensas que estás perdiendo el tiempo? Si es así, puedo identificarme contigo porque yo también he pasado por ese sentir.

Te cuento mi proceso evolutivo y mi historia vital:

Mi infancia transcurrió en una pequeña aldea de Galicia, donde solo había dos profesiones: la agricultura y la ganadería. A pesar de la falta de recursos, siempre fui una niña curiosa y creativa, inventando juegos, canciones y conversaciones con mi amiga invisible. Mi intuición y creatividad se desarrollaron a través de la experiencia de pasar tiempo sola, ayudando a mis padres en el campo y cuidando de las vacas en el monte.

Cuando llegó el momento de decidir mi futuro a los 14 años, elegí seguir estudiando porque me consideraban una buena estudiante y me gustaba aprender. Pero para hacerlo, tuve que alejarme de mi aldea y mudarme a una ciudad a 400 km de distancia, cambiar de idioma y dejar atrás todo lo que conocía. Fue una etapa dura y complicada, pero me enseñó a practicar la resiliencia, perseverancia, disciplina y motivación.

A los 18 años, llegó otro momento crucial en mi vida: decidir si seguir estudiando o empezar a trabajar. Decidí seguir formándome, pero no en lo que a mí me gustaba, sino en lo que la sociedad consideraba que era lo mejor para mi futuro. Elegí la carrera de Ingeniería Industrial, aunque no sabía nada sobre ella. Fue difícil sacar esa titulación, pero lo hice para cumplir “mi deber” y mi deseo de “ser libre” e independiente.

Después de la universidad, comencé a trabajar en el sector de la construcción, que en ese momento estaba en auge. A pesar de que había mucho trabajo, no me sentía plena con lo que hacía y, la energía no fluía. Me di cuenta de que no me identificaba con esa profesión y no me llenaba el alma. Es decir, trabajaba lo mejor que podía para ganarme el sueldo.

La crisis en la construcción me abrió los ojos a otras formas de trabajar y pensar. Sin embargo, lo que más me marcó fue la maternidad. Ser madre me hizo observar el mundo desde una perspectiva de amor incondicional y a dedicar tiempo y cuidados a mi hija y hogar. Me di cuenta de que me gustaba más ser ama de casa y cocinera que ingeniera.

Por ello, decidí crear mi propio negocio local con horarios flexibles que me permitieran conciliar la vida familiar y laboral. Aunque no tenía experiencia en el sector, saqué adelante mi negocio y descubrí que me encantaba escuchar a las personas. Aprendí que dar, compartir y recibir cariño y comprensión eran fundamentales para sentirme plena.

También descubrí que un negocio físico con horarios al público y seis días a la semana no me permitía tener la libertad que tanto anhelaba.

He acumulado muchos aprendizajes en mi mochila que me han ayudado a seguir caminando por la vida. Hoy, me doy cuenta de que todo lo que he vivido ha sucedido como tenía que ser para que yo esté donde estoy en este momento.

Fue entonces cuando decidí transformar mi vida y encontrar mi verdadero propósito en la vida.

Actualmente, tengo un trabajo que me brinda libertad horaria y de localización, me ayuda a conectar con las personas, acompañarlas, escucharlas y compartir toda la experiencia, vivencias y lecciones que la vida me ha dado. Me pongo al servicio del mundo como mentora de propósito, pero sobre todo, con propósito.

Sin embargo, lo menos sencillo en este proceso de transformación y autoconocimiento fue darme cuenta de que aunque me sentía agradecida por todo lo que soy y tengo, no me sentía a gusto con mi profesión de ingeniería. Sentirme realizada profesionalmente y aportar mis dones y habilidades al servicio de los demás es una área muy importante para mí. Reconocer públicamente y, especialmente, a mí misma, que ya no quería seguir por ese camino y que no me hacía feliz, me costó lágrimas y noches sin dormir.

Para ello, he pasado y seguiré pasando mucho tiempo informándome, formándome, conociéndome, entrando en mi interior, despertándome, indagando, conectando con mi ser interior, mi esencia.

¡Todo lo caminado mereció la alegría!

Así que, estoy aquí, a tu servicio, para guiarte, acompañarte y ayudarte a encontrar tu propósito en la vida. Quiero que te conozcas a ti misma, sepas cuáles son tus valores, anhelos, dones, fortalezas, habilidades, creencias limitantes, etc.

Si sientes que tu profesión o trabajo no te llena, si no le encuentras sentido a lo que haces, si sientes un vacío en tu interior, si no te gustan los lunes, si ir tu trabajo no te aporta, si sientes que trabajas solo por un sueldo o si trabajas porque es lo que toca, entonces es momento de hacer un cambio.

Una larga lista de vacíos en el área laboral no te permiten ser la protagonista de tu vida y caminar guiada por una flecha que apunta hacia tu interior.

Recuerda, cuando tú cambias, todo cambia. Yo soy un fiel reflejo de ello y me encantaría que tú también lo fueras.

Un mundo con personas viviendo desde el propósito es un mundo mejor. Hagamos un mundo mejor entre todas.

¡Apúntate a la Tribu Caminantes!

Yo te guiaré y estarás acompañada por mí y otras muchas personas en tu misma situación.

Quiero formar una tribu de personas que caminemos juntas hacia nuestros propósitos de vida

Pertenecer a una tribu te da fuerzas, confianza, entusiasmo, compromiso, impulso…

Si yo pude, tú también puedes, yo te mostraré el camino, ya he caminado por ahí antes.

¡Te esperamos!

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